En la década de 1940, William Ransburg fue el encargado de inventar la pintura líquida electrostática, pero no fue hasta 1950, diez años más tarde, que un científico alemán desarrolló un proceso para aplicar recubrimientos en polvo de forma óptima.
Durante el proceso de recubrimiento con pintura en polvo, se utiliza un polvo fino y seco que, al hornear, se adhiere perfectamente a las superficies metálicas creando una superficie duradera y visualmente atractiva.
Al momento de aplicar el polvo, este se transforma, y con un proceso adecuado, el polvo se adhiere y los gránulos de polvo se cargan mutuamente con voltios de energía electrostática, provocando que la superficie quede perfectamente cubierta. Posteriormente, en un horno a una temperatura aproximadamente a 200° grados Celsius se calienta la pieza con su respectivo recubrimiento durante 10 minutos. Esta es la temperatura ideal para derretir el polvo que cubrirá perfectamente tu proyecto metálico.
Recordemos que para que el recubrimiento con esta pintura funcione adecuadamente, las piezas metálicas tienen que estar completamente limpias y libre de residuos, pues de no ser así, repercutirá en los acabados finales de la casa; además, se necesita un horno y cabina grande donde puedan trabajar a gusto con el recubrimiento, curen la pieza y la dejen ir.
En Ferro Industrial nos preocupamos por brindarte servicios y procesos de calidad. Envíanos un mensaje y comienza a planear tu proyecto metálico.