La pintura electrostática ofrece grandes beneficios en los metales, pues sus componentes la vuelven ideal con acabados perfectos, durables y que evitan la corrosión de los proyectos. Ofrece distintos acabados como brillo, satinado, mate, texturizado y mucho más.
La pintura electrostática industrial tiene tres tipos de clasificaciones:
1- Poliester: Es ideal para exteriores.
2- Epoxi: Tiene una mayor resistencia a daños químicos, pero no es ideal contra los rayos UV o altas temperaturas.
3- Epoxi-Poliéster: Es una combinación de ambas propiedades, por lo que puede funcionar en exterior, en altas temperaturas y resiste las agresiones químicas.
Esta pintura, como hemos mencionado antes, evita la corrosión de los metales, pues soporta cambios de temperatura, el calor, impactos, etc.; además, pueden lograrse acabados para cada gusto o necesidad, tales como brillo, semi-brillo, mate, metálico, aperlado y mucho más. Entre sus beneficios también está que es amigable con el medio ambiente y no emite gases tóxicos.
A diferencia de la pintura líquida, la pintura electrostática no se mezcla con otros aditivos y tiene mayor adherencia, es más gruesa por lo que el acabado es de mejor calidad y los filos o extremos se redondean un poco; aunque su superficie podría no verse totalmente lisa, es casi inapreciable con los ojos.
Hay algunas desventajas, usualmente estéticas, como que el color de una pintura electrostática puede no ser tan vivo como en una pintura líquida convencional, sin embargo, en una balanza, los beneficios que ofrece esta técnica son superiores a cualquier desventaja que pueda presentar.
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