La velocidad de avance influye en la cantidad del material de aporte y en parte a la profundidad. Es decir, que si tenemos una velocidad de avance muy rápida habrá poco material aportado y menor profundidad, no obstante, si tenemos una velocidad de avance lenta, tendríamos mayor material aportado y una mayor profundidad. Así que si queremos unos buenos cordones tenemos que operar a una velocidad óptima. Pero este parámetro depende de la habilidad del operador, pues sólo él puede regular la velocidad a la que trabaja.
Para tener buenos cordones, debemos posicionar el electrodo con la pieza a soldar en 90° en ambos costados y entre 45° a 70° grados en el sentido del avance. Si inclinamos mucho a un lado tendremos deformidades en nuestra soldadura.
La frecuencia influye normalmente en corriente alterna en la estabilidad del arco debido a que algunas frecuencias el arco es muy inestable y en algunos casos este se apaga cuando intenta soldar con bajas intensidades debido a que existen tiempos muertos porque la frecuencia pasa de positivo a negativo lentamente sin embargo a altas frecuencias estos puntos muertos son muy pequeños y el arco es muy estable incluso a bajas intensidades en algunas máquinas ya es posible modificar estas frecuencias.
Los electrodos también son importantes debido a que la selección de su tipo, diámetro y geometría será esencial para poder llevar a cabo las diferentes tareas de soldadura. Estos siempre se elegirán dependiendo de su tipo de aleación incorporada, su material de aporte, y por supuesto, en función de la composición química y física de los materiales a soldar por otro lado recuerde que además siempre será necesario ponerle atención a su buen estado y correcto almacenamiento manteniendo los secos y bien conservados.
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